- Gruñidos: Los Pugs a menudo gruñen, y aunque esto puede sonar amenazante en algunas razas, en los Pugs suele ser un sonido de felicidad o de ganas de jugar. Un gruñido suave mientras están acostados cómodamente puede significar contentamiento.
- Ladridos: A diferencia de otras razas más vocales, los Pugs suelen ladrar menos y sus ladridos suelen ser agudos y rápidos. Un ladrido puede indicar excitación, alerta a un extraño o la necesidad de atención.
- Jadeos y resoplidos: Debido a su cara chata y nariz corta, los Pugs a menudo hacen ruidos de resoplido y jadeo, especialmente cuando están jugando o después de un esfuerzo físico. Estos sonidos son normales, pero es importante observarlos ya que pueden indicar dificultad para respirar, que es común en las razas braquiocefálicas.
- Ronquidos: Los Pugs son conocidos por sus ronquidos, que pueden ser bastante sonoros y frecuentes debido a su anatomía facial. Los ronquidos suelen ocurrir cuando están relajados o dormidos y, aunque son normales, es importante asegurarse de que no sean un signo de un problema respiratorio más grave.
- Aullidos y quejidos: Aunque no es tan común, algunos Pugs pueden aullar o quejarse en respuesta a ciertos sonidos o cuando se sienten solos. Estos sonidos pueden ser señales de deseo de compañía o respuesta a estímulos externos como sirenas.
- “Hablando” o murmullos: Algunos dueños de Pugs notan que su mascota hace una especie de murmullo o sonidos gruñidos que parecen una forma de “hablar”, a menudo en respuesta a la conversación de los humanos o para llamar la atención.
Es importante para los dueños de Pugs entender y diferenciar estos sonidos, ya que pueden ser indicativos de emociones y necesidades diferentes. Mientras que algunos sonidos son simplemente expresiones de su personalidad juguetona, otros pueden ser signos de que el perro está en angustia o necesita atención médica, especialmente si hay cambios en los patrones habituales de vocalización. Mantenerse atento a estos sonidos ayudará a los dueños a cuidar mejor a sus Pugs y asegurarse de que están sanos y felices.