Los pugs, al igual que muchas otras razas de perros pequeños y de nariz achatada, son más sensibles a las temperaturas extremas y pueden tener dificultades para regular su temperatura corporal en climas muy fríos o muy calurosos. Un clima de 10 grados Celsius (50 grados Fahrenheit) generalmente no se considera extremadamente frío para un pug, pero aún así es importante tener en cuenta algunas precauciones.
En temperaturas de alrededor de 10 grados Celsius, un pug probablemente no tendrá problemas significativos, pero es importante observar si muestra signos de incomodidad, como temblores, búsqueda de refugio o temblores. Algunos pugs pueden requerir un abrigo o suéter ligero para mantenerse cómodos en climas más fríos. Además, asegúrate de que siempre tenga acceso a un lugar cálido y refugio en el interior si lo necesita.