- Comunicación No Verbal: Los perros son muy observadores y pueden percibir cambios sutiles en nuestro lenguaje corporal, gestos y expresiones faciales. Por ejemplo, pueden notar cuando estamos tensos, relajados, tristes o felices.
- Olfato: Los perros tienen un sentido del olfato extremadamente desarrollado. Pueden detectar cambios en nuestra química corporal, como los producidos por diferentes emociones. Por ejemplo, cuando estamos estresados, liberamos feromonas que un perro puede oler.
- Vínculo Emocional: Los perros a menudo desarrollan un vínculo emocional fuerte con sus dueños. Esto les permite ser más sensibles a los cambios en el estado emocional de la persona con la que tienen ese vínculo.
- Aprendizaje y Experiencia: A través de la convivencia y el aprendizaje, los perros pueden llegar a entender mejor a sus dueños y aprender a interpretar sus diferentes estados de ánimo.
Esta habilidad de los perros para sintonizar con los estados emocionales humanos es una de las razones por las que son tan valorados como animales de compañía y por qué se utilizan en terapias de apoyo emocional y para ayudar a personas con discapacidades.