El San Bernardo, también conocido como el “gentil gigante” de las montañas, es una raza de perro que ha ganado reconocimiento y admiración en todo el mundo, tanto por su tamaño impresionante como por su carácter amable y su notable historia. Uno de los aspectos más interesantes de esta raza es su origen, que está íntimamente ligado al Hospicio del Gran San Bernardo. Pero, ¿cómo adquirió exactamente el San Bernardo su nombre? En este artículo, exploraremos la rica historia que se esconde detrás de este icónico canino.
Los Albores de la Raza
Para comprender el origen del nombre “San Bernardo”, es esencial remontarse varios siglos atrás, a una región montañosa situada entre Suiza e Italia: el Paso del Gran San Bernardo. Esta zona, conocida por su clima extremadamente frío y sus peligrosas condiciones, ha sido un punto de tránsito para peregrinos, viajeros y comerciantes desde la época romana.
En el siglo XI, San Bernardo de Menthon fundó un monasterio y hospicio en esta región con el objetivo de proporcionar refugio y ayuda a los viajeros que atravesaban las peligrosas montañas. San Bernardo, arzobispo de Aosta, vio la necesidad de proteger a estos viajeros de los peligros del clima, los aludes y otras amenazas.
El Nacimiento de una Leyenda
Con el tiempo, los monjes del hospicio descubrieron que necesitaban una mano (o pata) adicional para ayudar en sus tareas de rescate. Aquí es donde entra en escena la figura del San Bernardo. Aunque inicialmente los perros eran utilizados por los monjes como animales de compañía y para guardia, pronto se dieron cuenta de que estos caninos poseían habilidades excepcionales para detectar avalanchas y encontrar personas sepultadas bajo la nieve.
Se dice que, entre los siglos XVII y XIX, estos perros salvaron la vida de más de 2.000 viajeros. Uno de los San Bernardos más famosos de esta época fue Barry, quien supuestamente salvó a más de 40 personas. Es tal el legado de Barry que, actualmente, uno de los perros del hospicio siempre lleva su nombre en honor a sus hazañas.
La Asociación del Nombre
Si bien estos perros desempeñaron un papel esencial en las operaciones de rescate del hospicio durante siglos, no fue hasta el siglo XIX que adquirieron oficialmente el nombre de “San Bernardo”. Hasta ese momento, se les conocía con diversos nombres, como “perros del monasterio” o “perros de los Alpes”.
La popularidad de la raza creció y comenzó a llamar la atención de criadores y entusiastas caninos de toda Europa. En el siglo XIX, estos perros se presentaron en exposiciones caninas en Inglaterra bajo el nombre de “San Bernardo”, consolidando así su identidad y legado.
El San Bernardo en la Cultura Popular
La reputación del San Bernardo trascendió las montañas y llegó a la cultura popular. Ya sea como el afable y desastrado “Beethoven” en la pantalla grande o como el valiente y leal rescatero en innumerables historias y leyendas, el San Bernardo ha ocupado un lugar especial en el corazón de las personas.
Conclusión
El San Bernardo no es solo un perro imponente por su tamaño y apariencia; es una raza con una historia profunda y significativa. Su nombre, que proviene del hospicio fundado por San Bernardo de Menthon, es testimonio de su valioso legado como rescatador y compañero leal. A través de los siglos, estos caninos han demostrado ser verdaderos héroes, y su nombre es un homenaje perpetuo a su nobleza y coraje.